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LIBROS

Libros imposibles, poetas del porvenir

Hay tantos modos de escribir poesía como arrugas tiene el rostro de un hombre desalmado. Como el mío. Pero por encima de cualesquiera otras, yo prefiero las arrugas que reflejan dolor. Desesperación. Desasosiego. Las que parecen provenir de la lápida de un poeta. El libro de Enrique Ramírez pertenece a este tipo de escoria. Para leerlo hay que brincarse una cerca de púas. Es un libro cargado de sentimientos punzantes. De ideas atroces. Que dejan muy atrás la cardiología poética de innumerables poetas. Pero algo es claro: No muchas aves cantan en la oscuridad no ganará premios literarios a los que aspiran las niñas de la literatura mexicana. Ni menos aparecerá en las listas de los más vendidos, o de los libros del año. Su destino es el sobaco de un lector afligido. De una mujer empapada de semen. Sale sobrando que lo recomiende. ¿O no?
 
Eusebio Ruvalcaba
¿Quién es Lufloro Panadero?, ¿qué es lo ñerobarroco?, ¿acaso lo ñero no es consecuencia de lo barroco?, ¿qué es lo ñero? Si buscamos en internet aparece: “que es vulgar y no tiene educación”. Entonces esta poesía es vulgar y sin educación. ¿Será? Aunque a Lufloro Panadero se le tache de tal por cual, como al ñero, asevero en cambio que sí tiene educación. Para crear una expresión compleja como el albur, por ejemplo, el ñero asumió una educación de muchas generaciones, como Lufloro, para violentar la palabra y asumirla como identidad de sí mismo, es decir se le sumió esta, la palabra, y con albur, para identificarse y comunicarse. De tal forma, el poeta logra vivirse ñero para darle identidad a su expresión y encontrar la sátira de la vida cotidiana tan falsa en sus costumbres y tan ñera en sus amores. ¿Pudo imaginarse acaso Francesco Petrarca endecasílabos como estos?: “yo sí te quiero cucharear, sabrosa/ y compartirte mi morir pequeño”. Lo dudamos, pero en México ya nos habíamos tardado. Estos cincuenta sonetos nos invitan a reír y a reír y a valorar la jerga cotidiana como un signo de nuestra identidad poética que es tan propensa a las carcajadas.

Malaquías Suárez Valerio transcribe las aguas del Río Balsas, que golpea las piedras, para homenajear el paso legendario del violinista tlapehualense, Isaías Salmerón (1892-1942), quien dejó estirpe florida y sembró de sones y de gustos la música folclórica mexicana. La tradición es un traer a la memoria y Bajo el llanto del violín contribuye a esa misión abriendo en endecasílabos una viva y bruja vena de la música calentana. Coloca entre las manos paisajes de una música campestre, regada con flores de amoríos, de violines que aran, tamboritas al paso, y zapateado y guitarras de buena sombra. La tradición también es entrega, traer de lejos, y ofrecer con generosidad. Así, la tradición del soneto sigue vigorosa y nutrida de memoria, y los versos de este libro lo confirman.

José P. Serrato

Xóchitl Niezhdanova descubre su poesía sustantivo insólito, misterioso, en tórrida abundancia, en erótico confín, en densa carga tropológica, para adentrarse en el goce de la sexualidad femenina al filo del dolor y de la angustia por la muerte que ahonda en los placeres de la sensualidad. Su verso nervioso, extenso, a marejadas, encarna la voz de una mujer trágica por su condición de entrega descarnada y total, casi mitológica, dentro de las guerras sociales y metafísicas donde la más urgente por librar es siempre la de su cuerpo. ¶ Xóchitl Niezhdanova (Puebla, Puebla, 1965), ingeniera de profesión con maestría en Ingeniería Estructural. Su labor como poeta ha recorrido los últimos años de su vida, asimismo ha estado preparando su primera novela a publicarse en próximos meses, titulada Mujeres de uñas cortas. Además de su labor como autora, Xóchitl ha sido traductora de textos empresariales, al idioma inglés y francés. Su cercanía con las problemáticas sociales, la han llevado a colaborar con distintas ONG´s, dentro de las que destacan el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Lírica del desconcierto es su primer poemario.

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